Saber que terreno pisamos al enfrentar un conflicto y/o problemática familiar ante un tribunal de familia, sin duda alguna, contribuirá a tomar decisiones oportunas y a bajar la ansiedad, la que muchas veces se trasforma en un enemigo.
Es usual que las personas que enfrentan un procesos judicial de cualquier índole, se sientan entregadas a merced de algo desconocido que pareciera no tener una ruta clara y palpable, pero muy por el contrario, la ruta es clara. Evidentemente tiene un inicio (demanda o denuncia) y tiene un termino (sentencia o acuerdo).
Entonces la pregunta es, ¿que hay entre el inicio y el término de un proceso judicial en materias de familia?
Lo cierto es que, para que se inicie un proceso judicial alguien debe demandar o denunciar a otro (demanda o denuncia la usaremos en este caso como sinónimos).
Dicho lo anterior, recibida la demanda por el tribunal, este citará a una audiencia denominada “audiencia preparatoria”, a la que deben concurrir las partes personalmente en principio, representada siempre por abogado. Días previos a esta audiencia se debe presentar por escrito la contestación a la demanda, por lo que, previamente habrá existido un trabajo estratégico con el abogado que representará al demandado. (técnicamente, esto se llama desarrollo de la teoría de la causa. La que nos acompañara de principio a fin como un hilo conductor de todas las decisiones, es la base de la defensa o fundamento de la demanda).
Ahora bien, ¿para que es la audiencia preparatoria? En términos generales, es una audiencia que tiene la finalidad decirle al juez que pruebas pertinentes al juicios tenemos que ofrecerle a fin de resolver de la manera más justa posible el juicio. De esa lista de pruebas (documentos, testigos, pericias, videos, etc.), que las partes ofrecen, el juez indicara cuales podrán ser incorporadas (admisibilidad de prueba) en la próxima audiencia, denominada “audiencia de juicio”.
El tiempo que media entre una audiencia y otra, es para gestionar y tramitar la prueba que se ofreció.
En la audiencia de juicio, cada parte de manera ordenada y oralmente va incorporando las pruebas, por ejemplo en el caso de los documentos, se introducen al juicio mediante su lectura, en el caso de los peritos ellos van a defender sus opiniones plasmadas en los informes, los testigos son interrogados por los abogados y el juez si lo estima necesario.
Al termino de la audiencia de juicio una vez incorporada todos los medios de prueba, los abogados expresan verbalmente su visión y teoría de cómo debe resolverse le caso (alegato de clausura u observaciones a la prueba), concluido ello, es el turno del juez de decir su veredicto oralmente, el que se servirá de base para su sentencia que dicta unos días después por escrito.
Dentro de este principio a fin del proceso y hasta antes de la sentencia, siempre existirá la posibilidad de llegar a un acuerdo con la otra parte, hecho que también pone fin al proceso y que evita dejar en manos de un tercero (juez) la solución.
En consecuencia, cada momento, independiente del rol que se tenga en el proceso, demandante o demandado, el trabajo en equipo con el abogado es fundamental para darle coherencia a la estrategia con que se enfrenta el proceso.
Finalmente, nunca se debe olvidar que el principal cimiento en la relación cliente abogado es la confianza.
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